Aguas grises

Las aguas grises o aguas usadas es el término utilizado para el agua que proviene del uso doméstico, como el lavado de utensilios y de ropa, así como el baño de las personas.

Se diferencian de las aguas cloacales que resultan de la intervención humana, donde se altera su composición natural, por ejemplo, con excremento, materias orgánicas o químicas que suelen verterse por el sistema de alcantarillado y que no pueden reutilizarse por su contenido de bacterias, como Escherichia coli, Campylobacter jejuni, Shigella, entre otras.

Actualmente, las aguas grises están adquiriendo gran importancia porque pueden ser de mucha utilidad si se reutilizan para descargas del inodoro, lavado de patios, vehículos u otros que no impliquen el consumo directo de las personas o animales. También se está haciendo frecuente su uso en campos de regadío ecológico, especialmente en aquellas localidades afectas por sequía o desabastecimiento del recurso.

Por lo general, se descomponen más de prisa y tienen menos nitrógeno y fósforo. Sin embargo, no se descarta que las mezclas puedan contener algún porcentaje de aguas negras, incluyendo agentes biológicos patógenos de varias clases.

Los pioneros en su depuración fueron los israelíes, que llevan más de 20 años investigando sistemas de reaprovechamiento.

Cabe destacar que si no son tratadas de alguna forma, no se recomienda reutilizarlas ni siquiera para la descarga de los excusados, ya que generan malos olores por descomposición o manchas si se dejan más de un día.[cita requerida][1]

  1. «El Agua». 

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